La progesterona, una hormona reproductiva que se libera durante la fase lútea del ciclo menstrual, esta hormona es fundamental para la salud del ciclo, el embarazo y la calidad de vida general de las mujeres]. Históricamente, la medicina reproductiva reparadora (MRR) ha hecho hincapié en la importancia de medir los niveles de progesterona y ha entendido que un nivel bajo de progesterona (a menudo denominado defecto de la fase lútea) causa una serie de problemas. La suplementación con progesterona, dirigida a la fase lútea del ciclo, ha sido durante mucho tiempo la piedra angular del tratamiento del RRM. Pero algunas mujeres tienen niveles normales de progesterona y todavía presentan síntomas reproductivos o de otro tipo. Para estas mujeres, la resistencia a la progesterona puede estar la explicación.
¿Qué hace la progesterona en el organismo femenino? La progesterona es responsable de relajar el útero, normalizar el azúcar en sangre, disminuir la ansiedad y mejorar el sueño y la relajación. Desempeña un papel fundamental en la preparación del endometrio para la implantación de una vida recién concebida, y es importante para el éxito del embarazo. La progesterona también ayuda a equilibrar procesos fisiológicos como la regulación tiroidea y de la glucosa.
Los niveles de progesterona están relacionados con algunos problemas de salud, ya que la falta de esta puede provocar afecciones ginecológicas y obstétricas. Los niveles bajos de progesterona son los responsables del síndrome premenstrual (SPM) o trastorno disfórico premenstrual (TDPM), ciclos irregulares e infertilidad.
Para las mujeres que intentan concebir, la progesterona es especialmente importante, ya que es necesaria para el éxito de la implantación y el embarazo. Progesterona baja niveles más adelante en el embarazo son vinculado a partos prematuros, complicaciones del embarazo y depresión posparto (DPP).
Incluso sin un diagnóstico, las mujeres pueden sospechar que tienen problemas con la progesterona si experimentan síntomas previos a la menstruación como sensibilidad mamaria, hinchazón, aumento de peso, antojos de carbohidratos, dolores de cabeza, fatiga, insomnio, irritabilidad, llanto o depresión.
La resistencia a la progesterona es diferente a la deficiencia de progesterona. Ya que unos niveles bajos de progesterona pueden causar problemas de salud reproductiva. Pero, ¿es siempre falta de progesterona que está causando realmente el problema? El desarrollo de una investigación realizada sugiere que estas afecciones pueden no deberse a niveles demasiado bajos de progesterona, sino a una falta de respuesta a la progesterona por parte del cuerpo de la mujer.
Esto significa que es posible que una mujer tenga niveles normales de progesterona y, sin embargo, no reciba todos sus beneficios para su salud, porque su organismo no es capaz de utilizarla. No sólo el nivel de progesterona importa, sino la capacidad de los receptores de progesterona del cuerpo para responder apropiadamente a esta. Esta condición se denomina resistencia a la progesterona.
En cierto modo es similar a la resistencia a la insulina (una afección en la que el organismo se vuelve cada vez menos sensible al impacto de la hormona insulina en la regulación del azúcar en sangre), la resistencia a la progesterona se produce cuando los receptores de progesterona se vuelven cada vez más incapaces de responder a la progesterona.
Todavía se está investigando por qué ocurre esto, pero es un hecho que puede deberse a un precondicionamiento genético en el útero y/o a una expresión genética influida por factores como la inflamación crónica. En el segundo escenario, se sospecha que esta resistencia se desarrolla con el tiempo.
Sin los efectos adecuados de la progesterona en el sistema reproductor, las mujeres con esta resistencia pueden desarrollar problemas reproductivos adicionales, como infertilidad o aborto espontáneo, endometriosis, adenomiosis, fibromas uterinos, síndrome de ovario poliquístico (SOP) e hiperplasia endometrial (una afección precancerosa).
La insuficiencia de progesterona está relacionada con fallos de implantación y abortos espontáneos precoces. Sin la progesterona necesaria para preparar el revestimiento del útero o, más adelante, la placenta en desarrollo, habrá complicaciones. Esta información no es nueva. Sin embargo, apenas se está empezando a comprender el papel de la resistencia a la progesterona.
Varios estudios muestran que mujeres con exactamente el mismo nivel de progesterona pueden tener respuestas fisiológicas diferentes. Esta visión sugiere que es, de hecho, "una diferencia en la respuesta a la progesterona, más que los niveles de progesterona [lo que puede contribuir] a la infertilidad en mujeres con defecto de fase lútea". Otro estudio mostró que las mujeres mostraban respuestas fisiológicas normales incluso a niveles bajos de progesterona. Basándose en esta investigación, parece probable que no sea sólo el nivel de progesterona, sino la respuesta a la progesterona presente, lo que contribuye al éxito de la implantación y al embarazo temprano.
Pero la resistencia a la progesterona puede afectar no sólo a los resultados del embarazo, sino también a la capacidad de la mujer para concebir, por ejemplo cuando se combina con endometriosis. La endometriosis es una enfermedad inflamatoria en la que células como las del revestimiento uterino (que sangran y se desprenden) se encuentran fuera del útero. Las mujeres con endometriosis suelen experiencia dolores menstruales intensos, dolor pélvico e infertilidad.
La progesterona es antiinflamatoria por naturaleza, y tiene el beneficio de suprimir estas células y prevenir la actividad descontrolada del estrógeno (que inflama aún más los síntomas de la endometriosis). Las mujeres con endometriosis que sufren de resistencia a la progesterona no tienen este supresor natural. Es más probable que las células se inflamen y se extiendan, aumentando el nivel y el grado de endometriosis.
¿Cómo se trata la resistencia a la progesterona? Comprender el papel que desempeña la resistencia a la progesterona en estas afecciones reproductivas es fundamental para avanzar en el diagnóstico y el tratamiento. En la actualidad, la investigación sobre la resistencia a la progesterona se encuentra todavía en una fase muy temprana. Es necesario seguir investigando tanto las causas como la forma de tratarla. Una vez que se conozcan las causas, es de esperar que se puedan desarrollar opciones de tratamiento para reducir el efecto de la resistencia a la progesterona, especialmente en la infertilidad, el aborto espontáneo, la endometriosis y otros problemas.